El alto rendimiento

Desarrollar el talento es la clave

Por Daniela Montes de Oca

“Todo experto una vez fue principiante”

La vida nos sigue dando dolores de cabeza, nos sigue retando y mostrándonos de qué somos capaces. La resiliencia es una palabra de moda, pero bien aplica para todos y para cualquier contexto. No es poca cosa hablar del alto rendimiento, este se palpa tanto a nivel empresarial como a nivel deportivo. Somos un país con mucha gente joven y debemos como sociedad redoblar esfuerzos para que, a través del deporte, podamos construir una mejor sociedad basada en la disciplina y preparación constante. El deporte es forjador de carácter, así que, si logramos que toda la población infantil lo practique, estaremos formando seres integrales que además de ser buenos deportistas, sean excelentes seres humanos, con valores y filosofía ganadora.

Somos apasionados de ver a los grandes atletas batir récords, nadar más rápido, lanzar más lejos o brincar más alto, y la perfección con la que desempeñan su deporte hace pensar fue sencillo lograrlo; sin embargo, antes de llegar a su cima, cada uno de estos atletas ha pasado al menos 8 o 10 años entrenando con un objetivo competitivo, desarrollando diferentes talentos, modificando su rutina y su entorno, para cumplir objetivos específicos. 

¿Cómo llegaron a este nivel? ¿Quién los llevo a este nivel? ¿Quién descubrió sus talentos? ¿Sólo con talento se logra la excelencia?

Todos estos grandes atletas tuvieron un inicio, jugaban y/o entrenaban algún deporte por diversión o por que sus papás los llevaron para liberar energía, y ahí fue donde comenzaron a descubrir sus talentos, se dieron cuenta que eran buenos para saltar o para correr, para andar en bicicleta o para nadar, que se les facilitaban ciertas actividades o que los elegían para el equipo “por buenos”.

Todas las personas tienen talento, pero no todos tienen el mismo, incluso para algunos su talento es ser disciplinados o pacientes, y logran tener grandes resultados. Debemos considerar que nos todos se desarrollan en el mismo momento y por lo tanto sus talentos no se van a ver reflejados al mismo tiempo ni de la misma forma, cada persona tiene su ritmo de desarrollo y sus habilidades se manifestarán a su ritmo.

Todo el tiempo escuchamos de la importancia de la “detección de talentos”, escuchamos que hay personas que se dedican a descubrir quién es el más rápido o el más fuerte, el más habilidoso o el que sabe tomar decisiones inteligentes a corta edad; son los famosos “caza talentos”. Y honestamente todos somos capaces de ver qué niños o qué personas tienen habilidades por encima del promedio; no sólo se trata de detectar un talento, se trata de desarrollar un atleta talentoso.

Un atleta talentoso no solamente debe tener un físico para la actividad que realiza, pues también, debe saberse levantar ante las caídas, ser disciplinado, saber tomar decisiones bajo presión, que acepte sus responsabilidades y que pueda generar un ambiente de crecimiento entre sus compañeros. De esta forma se desarrollan los deportistas de alto rendimiento.

Un deportista que comienza a desarrollar sus talentos, es necesario que trabaje de manera integral y aparte brindarle las herramientas necesarias para adquirir otros nuevos. Así, si tenemos un niño que es más habilidoso por encima del promedio de sus compañeros, podríamos analizar su entorno (alimentación, familia, estudios, estado de salud) y claro, la parte física específica del deporte al que se encamina; unos de los ejemplos más claros son el futbolista Lionel Messi y el nadador Michael Phelps. A estos atletas que han roto todos los récords posibles, alguna vez alguien les vio potencial especial y decidió invertir en su desarrollo. Definitivamente, ni Phelps ni Messi serían quienes son si su entorno no hubiera sido el adecuado.

Cuando en el desarrollo de los deportistas talentosos se pretenden ahorros para obtener resultados rápidamente, generalmente terminan por ser una inversión poco redituable, siendo que el deportista no logra lo esperado al no contar con todas las condiciones físicas, psicológicas y sociales; convirtiéndose solamente en un prospecto de deportista al no poder consolidar su trayectoria.

El término alto rendimiento no es exclusivo del deporte, existen profesionales de alto rendimiento en todos los ámbitos, pero sin duda donde más lo relacionamos es en el deporte. Tenemos acceso a los resultados de los deportistas que compiten por el mundo, como en los Juegos Olímpicos, vemos su progreso y sus hazañas dignas de la mitología, súper humanos que tienen súper poderes, y la realidad es que son seres humanos que trabajaron, entrenaron y modificaron sus hábitos para lograr sus objetivos.

No todos los deportistas realizan grandes hazañas, no todos logran el alto rendimiento; todos conocemos a algún niño que era muy bueno para cierta actividad, pero no se desarrolló adecuadamente. El trabajo del talento conlleva identificar previamente una pasión por la actividad, luego, las ganas de seguirlo aprendiendo, mejorando: una buena disposición para un reto colosal.

Hoy en día es importante desarrollar talento en niños y jóvenes, no solo descubrir su habilidad en cierta actividad o deporte, sino brindarles las herramientas necesarias para que puedan tener una formación integral. Por integral hablo de la parte física, el hábito de entrenar y hacer ejercicio, alimentarse balanceadamente, manejar emociones conforme a las circunstancias, que sean capaces de enfrentarse a situaciones complejas sin explotar internamente.

La actividad física y el deporte son herramientas que podemos utilizar para brindar oportunidades a niños y jóvenes que les permitan crecer de manera integral, descubrir y desarrollar sus talentos, tener hábitos saludables e influir en otras personas, independientemente de si se vuelven deportistas de alto rendimiento o no.

Sin duda, si desarrollamos el talento en lugar de buscar “garbanzos de libra” tendríamos a más atletas consolidados. Los resultados serían notorios progresivamente y no dependeríamos de una base de atletas que son el 1% en un millón de nuestro país.

Con esta pandemia, quedó muy claro la importancia de mantener salud física y esto se resume en que tu cuerpo trabaje de la mejor forma posible, que nuestros sistemas funcionen al 100%, para que cuando un virus o una bacteria llegue, nuestro cuerpo tenga la capacidad de combatirlo sin perder la batalla.

Es indispensable alimentarnos de manera balanceada y nutritiva; no podemos manejar un Ferrari poniéndole agua al motor. Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, si le damos un mantenimiento adecuado y lo alimentamos apropiadamente se enfermará menos y tendremos mejor calidad de vida.

Un niño que ha desarrollado hábitos saludables, que conozca su cuerpo, trabaje en equipo, tenga ganas de aprender nuevas cosas y desarrolle sus talentos, será una persona que influya positivamente, será alguien que no estará viendo de donde agarrar, sino como generar. Todos estos hábitos te los da el deporte, te permite desarrollar tus talentos, tener disciplina, estar enfocado, ser resiliente, trabajar en equipo, pensar proactivamente y ser integra. Todo este conjunto de cualidades les servirá, tanto para quienes sean deportistas de alto rendimiento, empresarios exitosos, o para desarrollarse en cualquier profesión que se elija. Preparación, insistir y nunca persistir. Eventualmente lograremos lo que nos proponemos.