¿Cuál es la mejor alternativa para regresar al ejercicio sin perjudicar nuestro potencial humano?
Por: Luis Duarte
Aun lo recuerdo como si fuera ayer, marzo del 2020, a tan solo 3 meses de haber iniciado el año que jurábamos que era nuestro año, y que de pronto, la vida entera se descarrilo como un tren bala frenando de urgencia repentinamente. Comenzó el caos, la histeria y con ello también la miseria. Negocios en Polanco cerrando y la empresa mexicana más grande de organización de eventos tambaleándose por sobrevivir sacrificando el sustento de algunos de sus trabajadores para poderse mantener a flote. Y, ¿qué decir de las pequeñas empresas que no encuentran la manera de recuperarse, o de los gimnasios que ya no logran llenar su aforo?
Y así, en un abrir y cerrar de ojos se nos fue el 2020, tan rápido se fue que tampoco sentimos el 2021. Niños sin saber lo que fue una salida de primaria ni haber bailado el vals que ensayaron durante todo el ciclo escolar para graduarse, y dos años después, aun sin tener un reporte por volarse su primera clase en la secundaria. Adolescentes sin la fiesta de fin de secundaria y sin poder despedirse de todos esos maestros que ingeniosamente se ganaron sus apodos y que sin duda alguna son los que forjaron el carácter de ese futuro prometedor. Jóvenes sin la borrachera imprescindible por haber culminado la educación media superior y dos años después aun sin la aventura que se sufre por primera vez en la inexplorada e impenetrable biblioteca universitaria, y que quién sabe si la vayan a conocer ahora que todo es online.
Tal parece que la vida para el 2022 se augura más virtual que presencial. Hemos vivido lo que nunca antes, funerales y misas virtuales, cuando antes solo existía un canal en la televisión abierta para escuchar la palabra santa y ahora la tenemos al alcance de nuestro teléfono móvil. Mientras la vida real se colapsa y la catástrofe presencial nos supera a todos, en mayor o menor medida según sea el caso, la vida virtual crece más rápido que la espuma.
Y, ¿cómo será nuestro regreso paulatino y óptimo a nuestras actividades? Dentro de lo laboral, ya se dieron cuenta las empresas que sus empleados pueden generar la misma productividad dentro de sus hogares, y el recurso humano puede disfrutar de una mejor calidad de vida a través del ahorro en los tiempos de traslados. La pregunta crucial será: ¿Los trabajadores en casa tendrán el compromiso de mantener esa productividad para ganarse el privilegio más grande del universo?
Y del mismo modo, las personas tendrán el ambiente propicio para estimular a su cuerpo con la tendencia “home sport”, o, ¿es que será imprescindible la asistencia a los gimnasios? Lo que no cabe duda es que el mundo está dando un giro facilitando a las nuevas generaciones y a todos los amantes de la tecnología. Pero, ¿qué es lo que pasará con el resto de nosotros? Todos los que no sabemos abrir aplicaciones y seguir un programa de entrenamiento.
COVID 19 nos hizo más sedentarios de lo que ya éramos, y ese es el problema más grande. La evolución humana esta marcada por el movimiento, y el mejor ejemplo fue la caza para poder alimentarnos. Y hoy en día, desde la comodidad de la habitación y con el celular en la mano, abrimos una aplicación de comida a domicilio para pedir una hamburguesa con papas, y aunque desconozcamos los macronutrientes y sin contabilizar las kilocalorías que entran al cuerpo, es muy seguro que quedarán almacenadas en los depósitos de tejido adiposo, que tanto queremos desaparecer pero que no logramos metabolizar.
Antes subíamos y bajábamos escaleras. Por lo menos caminábamos de la casa al auto, y del auto a la oficina ida y vuelta, y ahora los pasos más largos son rumbo al refrigerador cada que tenemos hambre, es decir, ingresamos más energía de la que gastamos. Esto es lo más parecido a la película de terror Wall-E de Walt Disney.
¿Cuál es la mejor alternativa para regresar al ejercicio sin perjudicar nuestro potencial humano? Sin lugar a dudas, contactar a un especialista en nutrición y entrenamiento para que paulatinamente y de forma completamente personalizada te ayude a calcular lo que vas a comer contra lo que vas a quemar durante el ejercicio. Digamos a grosso modo: si perdiste masa muscular, necesitas una dieta hipercalórica con una mayor cantidad de hidratos de carbono y proteínas, con un entrenamiento de fuerza entre 8 y 12 repeticiones; si aumentaste grasita y quieres perder esos kilitos de más, necesitas una dieta hipocalórica, es decir, muy pocos carbohidratos y muy poca grasa y moderadamente una ingesta de proteínas. Si lo que quisieras es mantener tu peso y cambiar tu composición corporal, tendrías que entrenar fuerza entre 6 y 15 repeticiones durante los primeros 40 minutos y terminar con ejercicio cardiovascular 20 minutos a una intensidad media.
La palabra clave para la adaptación es la micro-progresión. Y tal cual lo expreso Charles Darwin, “Las especies que sobreviven no son las mas fuertes, ni las más rápidas, ni las mas inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. Y es en este sentido que para la reincorporación de actividades con la “nueva normalidad” deberemos de tener sumo cuidado en no avanzar con pasos de gigantes, sino por el contrario, si nuestro corazón no ha realizado esfuerzos durante dos años, es necesario comenzar a tenerlos, pues como dijo Leonardo Da Vinci, “El movimiento es causa de toda la vida”. Y el que no se mueve, poco a poco muere. Nuestra naturaleza está en el movimiento. El reposo absoluto es la muerte. La medicina es el movimiento.