Entrevista a Elisa Suárez Bellido
En esta ocasión en revista Potencial Humano nos enorgullece contar con la presencia de Elisa Suárez Bellido, directora de Cumplimiento en Dialogus Consultores, firma de consultoría integral que forma parte de Grupo Salinas.

Gracias por estar con nosotros Elisa, por favor corrígeme si es necesario, pero, el compliance filosóficamente hablando, está basado en un concepto de reciprocidad, es decir, lo que va y viene de regreso entre los actores que son recíprocos puede ser el medio ambiente, la empresa o la sociedad, porque de repente pareciera que el compliance es un concepto nuevo, sin embargo, ya llevamos muchos años trabajando con ello, entonces quisiera que nos platicaras desde tu punto de vista ¿cuál ha sido el desarrollo del compliance en México?
Claro, estás en lo correcto y como bien dices, ya es un tema con muchos años detrás. Este ya venía desarrollándose en diversos sectores – principalmente en el farmacéutico – en Estados Unidos desde 1977, y ha sido precisamente este deseo de querer hacer las cosas por la vía más corta, lo que llevó a los gobiernos a buscar que todo mundo compita bajo las mismas condiciones, es así como se han ido estableciendo poco a poco las reglas que buscan garantizar justicia y bienestar en las transacciones internacionales que se han realizado hasta el día de hoy. Para ser claros, en México este tema llegó con muchos años de retraso, y llegó finalmente porque surgió de la demanda ciudadana a partir del tan sonado suceso de la famosa “Casa blanca”, es ahí realmente que nace la inquietud de la gente, entonces, empiezan a cuestionar si las medidas del Gobierno estaban dirigidas a evitar que se cometieran actos de corrupción como los que ya se habían dado a conocer, y que mantenían a la gente muy molesta, pero sobre todo, insatisfecha, porque se daban cuenta de que ciertos recursos que en un inicio estaban destinado a un fin, se usaban para otro muy diferente y esto generaba un demérito a la sociedad.
Así que partir de esto, la ciudadanía se organizó y generó un movimiento después de mucho tiempo, mismo que puso a trabajar al Sistema Nacional Anticorrupción, para que posteriormente se establecieran las pautas básicas a cumplir para poder afirmar que una empresa se establecía y aplicaba pautas de integridad. Esto que te comento llegó a nuestro país hasta el 2016, y desde entonces ha venido evolucionando para aplicar varias reformas normativas que buscan la manera de convertir a las organizaciones en empresas íntegras.
¿Cómo se compara México en compliance con respecto a las empresas de países de primer mundo?
En este caso en particular, creo que la principal diferencia está en la exigencia que las autoridades ejercen sobre las empresas para que de verdad se comprometan y apliquen pautas de integridad – como en Europa, Estados Unidos e incluso Brasil – y no te den margen de acción si no cuentas con un programa de compliance. En este escenario debes tener un programa muy sólido como marco de referencia – que es la FCPA – para prevenir actos corruptos, como lo tiene Estados Unidos, en donde todas las empresas que hacen negocios con el extranjero, están obligadas a tener un programa de compliance muy robusto pero también que se aplique y que todos los participantes lo conozcan, – y aquí vine a colación algo muy importante que mencionaste, la congruencia – porque una cosa es que la organización tenga en papel toda una política de integridad súper sólida, y otra es que toda tu gente la conozca, que la viva en su día a día, porque finalmente eso es lo que a las empresas – principalmente en Estados Unidos, Brasil y Europa – les van a auditar para darse cuenta de que verdaderamente toda tu empresa conoce lo que es el compliance, porque supongamos que entrevisto a alguno de tus miembros y no sabe responder, entonces solo estaríamos hablando de un “compliance de papel”. Es así que creo que la primer diferencia es que allá sí es exigible y revisable, y en los casos en que encuentran alguna empresa envuelta en hechos de corrupción, se evidencia y se castiga, cosa que aquí en México es difícil, porque tenemos fiscalías anticorrupción que aún no están integradas, no tienen presupuesto y no hay quién se encargue de validar que las empresas realmente cumplan – incluso tenemos un artículo que es el único que prevé los requisitos de compliance y en realidad está incompleto –. La gran diferencia está en qué tan creíble y exigible es por parte de las empresas el que debas de tener un programa de compliance.
¿Cuáles consideras que son los principales retos a vencer en México en esta política de compliance, qué es lo más difícil, qué es lo que más nos cuesta trabajo y cómo podemos superarlo?
Creo que lo más difícil es que en México existe poca confianza, desconfiamos de las personas que van a tomar las decisiones, no sabemos si tomarán las adecuadas, tampoco estamos seguros de que los empresarios se van a conducir con integridad, y todo esto deriva de una cultura donde tristemente la corrupción es figura principal – ahí tenemos el famoso “el que no tranza no avanza” –, pero aún así, con esa percepción, déjame decirte que hemos avanzado mucho en el tema de corrupción, y seguimos trabajando para revertir esa imagen que la gente tiene de las empresas y del Gobierno.
Hace un par de años una revista hizo un artículo sobre como los mexicanos percibían la corrupción en el país, y era muy interesante como dividían la corrupción. La mayoría de mexicanos se veían completamente ajenos a la corrupción de gran nivel y a gran escala, decían que ese tipo de corrupción “era la mala”, pero, por otro lado, concebían como astucia, audacia e inteligencia el ofrecer la famosa “mordida”, apartar la vía pública o comercializar piratería.
El principal reto al que nos enfrentamos es la desconfianza de la ciudadanía – no saben si las empresas pueden ser responsables o si el Gobierno puede vigilar que las empresas cumplan con un marco de integridad –, pero también apareció una nueva circunstancia, y es que vivimos en un contexto completamente diferente a partir de la llegada del Covid-19 y demás variantes. Entonces tenemos por una parte el virus y la desconfianza y por otra la reforma de subcontratación, lo que provoca que, si hoy te acercas al cliente y le hablas sobre la importancia de tener un seguro de integridad al interior de sus negocios dándoles una tranquilidad garantizada, aún no logre vislumbrarlo como una necesidad para su propio bienestar.

¿Qué nos puedes decir sobre el plan de compliance de la empresa que representas?
Ha sido un plan de compliance en constante evolución, y es bien importante reconocerlo, porque jamás puedes afirmar que tu plan es a prueba de balas, porque finalmente es un sistema de denuncias externo el que va a verificar que tan bien o mal esta tu organización. Al final un compliance program es como un seguro de vida, no quieres que te vaya a pasar algo malo, pero sí estás preparado para cualquier problemática. Tenerlo te permite tener una radiografía 360° y un panorama amplio saber en dónde te puedes equivocar, y en la medida en que estés claro de los riesgos que asumes, puedes actuar de manera proactiva y no ser reactivo y esperar a que se materialice un riesgo reputacional. Nuestro programa de compliance es algo en constante creación, en constante maduración, es algo no solo nuevo, sino algo que se ha venido puliendo en función de los retos que la empresa representa – es una empresa con muchos intereses y con mucha diversidad de negocios – y que hacen que vayamos a la vanguardia de la mano de nuestro programa de compliance, mismo que como te comento, es perfectible, ya que está vivo y en constante actualización, pero lo más importante, es que somos una de las empresas que por primera vez implementó un sistema de denuncias, nosotros escuchamos a nuestra gente. Si alguien está dispuesto a escucharte para saber qué es lo que te duele, debes saber que es una empresa que va a tomar acciones de lo que vaya identificando y te va a respaldar.
Sabemos que existe la corrupción en muchas empresas y de muchas formas, digamos que un caso típico de corrupción se ve en compras, ¿cómo se regula hoy en día un departamento como compras para regular este tipo de producción?
De entrada, en este mismo análisis de riesgo, puedes identificar cuáles son tus áreas más y menos peligrosas. Como analogía sirve la contratación de un seguro, donde analizan qué tan peligroso eres, edad, vivienda y hasta el carro que tienes, y pasa lo mismo en el tema de compliance, porque analizamos todas las áreas de la empresa y cuáles son las que presentan un alto índice de riesgo, y por ejemplo, específicamente si vemos que el área de compras es una de las más comunes porque se vincula con demasiados proveedores y servidores públicos, y además tiene mucho poder dentro de su control, entonces promover el compliance aún más, aplicando controles más estrictos para cumplir, tener doble validación, ya no solo de una sola persona, incluso, video grabar sesiones para saber lo que se está acordando con los proveedores; es decir, es cuestión de ver con quién te vas a vincular y qué tipo de controles son los idóneos para establecer, teniendo en cuenta que tu principal fuente de defensa son tus propios colaboradores.
En este punto entra mucho el juego de la economía conductual, tratar de entender como las personas toman decisiones en función de su contexto para que los ayudes a tomar mejores decisiones y más íntegras. Los más grandes aliados son nuestra gente, la sensibilización y la capacitación, y son sobre los cuales nosotros realmente hacemos la apuesta.
Entonces podríamos pensar que el director de compliance es el malo de la película porque pone todos los lineamientos y obstáculos, ¿cómo podemos disolver esa percepción, es cultural?
Pienso que sí es cultural, porque, por ejemplo, nosotros desde pequeños estamos en contra de la persona que le dijo a la maestra que Juan y Pedro se están pasando la tarea, entonces eso implica ser el chismoso o el soplón, es algo parecido. Peor mira, hemos buscado transformar ese título para darle una connotación más positiva.
También pienso que el gran problema que surgió cuando llegó el tema de compliance es que era tan estricto y teórico, que se veía como un detractor del negocio, entonces si al hacer un negocio te encontrabas con que tenías que llenar 500 formatos y hacer demasiados trámites te desesperabas y lo veías como un detractor del negocio. Hoy ha ido evolucionando, y dentro de la evolución, nuestro propósito es hacernos aliados del negocio, y para eso, es importante conocer tus riesgos y con base en ellos crear un programa que te ayude puntualmente a conseguir lo que necesitas.
Y hay una frase muy cierta que dice, “el compliance no es para todos, no es para quien lo necesita, es para quien lo quiere”, porque en realidad todas las empresas lo necesitan, pero el problema es que no todos los directivos están dispuestos a tener esta conversación incómoda, de notar que a largo plazo les va a convenir y en el orto plazo les va a generar una sanción.
Hablando de riesgos, ¿cuáles son los principales riesgos que corre una compañía al no tener una política de compliance bien establecida?
Yo creo que el principal y el más importante es la reputación, una empresa vive de su reputación, y hoy en día, si alguno de tus colaboradores, socios o proveedores no se siente feliz, es más fácil que recurra a alguna red social a hacer algún comentario y ese comentario se quede plasmado ahí, la gente lo ve y hace ruido, y finalmente eso afecta tu reputación. Tenemos que evitar que la gente se lleve una mala impresión de nuestra empresa.
Déjame decirte también que una política de compliance también engloba las actividades de home office, y esto porque muchas empresas enviaron a su gente a trabajar desde casa, porque tenemos que saber cómo se está manejando la información, donde se está guardando, a quién se comparte y quién tiene acceso y qué se dice durante una video llamada, porque al final, es esta información confidencial del negocio. Muy pocas empresas tuvieron políticas de home office sobre los riesgos que pueden tener y cómo solucionarlos. Este sería otro riesgo, la seguridad de la información.
También lo es el fomento de un buen clima organizacional, es donde el tema de capital humano y compliance van de la mano porque la gente es el principal factor como lo comentábamos, de cuidar tu negocio, y si tu gente no está feliz porque hay un mal clima organizacional, un mal trato, acoso, discriminación, etc., quiere decir que no hay una política que marque los mismos derechos y oportunidades para todos, lo que a todas luces nos indica que son conductas de anti compliance.
Otros más serían las multas, el cierre de empresas, sanciones penales o administrativas.
Principalmente creo que esos serían algunos de los riesgos que te ayudarían a evitar competencia económica, qué tanto te vinculas con tus proveedores y cómo utilizas los datos personales de tus clientes. Si nos damos cuenta, son una infinidad de aristas que vas cuidando y son las que más valor le generan al negocio porque sí existe una sanción tangible y medible.
Por último, quisiera preguntarte, ¿existe un acoplamiento en compliance con la cultura organizacional o se da por accidente, o cómo funciona esta relación?
Lo ideal es que haya un acoplamiento. Es que debe haberlo si quieres que verdaderamente funcione el complianceen tu empresa, porque si no, entonces uno jala para X y otro para Y, pero es por eso que tiene que venir empoderado desde la dirección, para bajar la información y comunicarles a sus directores de RRHH, de compras, de adquisiciones, etc., “esto es el compliance y es el que te va a decir qué controles tienes que cumplir para cuidar el negocio, a ti y a tu área”. Hablando de cultura organizacional tiene que trabajar de la mano con recursos humanos, porque todo sigue evolucionando, anteriormente las empresas entrevistaban y hacían énfasis en validar los conocimientos técnicos para saber si era el elemento adecuado para la empresa, pero ahora van más allá de eso, ya no son solo las habilidades técnicas, sino, como vive sus valores, cuál es su reputación, qué es lo que verdaderamente piensa sobre la filosofía de la empresa, y si no existe ese famoso clic, entonces ya es un indicador de que esa persona no se puede incorporar al negocio porque no va a vivir el ADN que yo estoy viviendo; y esto es el famoso perfil ético.
Como empresa en necesario conocer el nivel de honestidad de la gente para saber el nivel de riesgo que vas a asumir con esa contratación, entonces, capital humano tiene que ir de la mano con compliance para saber a quién estamos metiendo a nuestra casa. Todo esto es para hacer que las áreas en conjunto caminen fuerte y sólidamente.
Muchas gracias por tu tiempo ha sido un placer tenerte con nosotros.
“Creemos en la confianza como base para lograr relaciones sólidas entre los miembros de una organización y sabemos construirla”.