
Desde muy joven me cuestionaba por qué había personas que tenían éxito, por qué otras no y a qué se debía esto. Reflexionaba y me preguntaba constantemente el por qué, si yo tenía ganas de ser exitoso, mis condiciones no me lo permitían. En ese entonces, pensaba que el éxito era solo para unos cuantos y que dependía completamente de factores ya establecidos como, por ejemplo, nacer en buena cuna, estudiar en escuelas particulares, contar con las relaciones adecuadas, etc. Yo no encajaba en ese perfil, así que un poco contrariado, al cumplir 18 años emigré a la ciudad de México en busca de oportunidades, el espacio es muy corto para narrar todo lo que me sucedió, pero entre otras cosas, durante 3 meses tuve que dormir en terminales de autobuses y vender para sobrevivir… vendí cacahuates e inciensos en el transporte público, y gracias a eso pude subsistir.
Al cabo de un par de años una gran puerta se me abrió, llegó a mí un modelo de negocio novedoso… conocí la industria del Network Marketing, conocí a algunos mentores, que son aquellas personas que se encuentran en el punto de la vida en el que tú quieres estar (de hecho, pienso que todos necesitamos de su presencia en cada área de nuestras vidas). Fue en ese momento cuando tuve acceso a nuevas informaciones, mismas que con audios, libros, conferencias y coaching personalizado, lograron que me apasionara para querer potenciar mi aprendizaje… esa información me enseño la premisa más importante hasta ese momento de mi vida: El éxito como todo en esta vida, se crea en la mente.
Esa frase me atrapó, era novedosa y avivó en mí el deseo por moverme, por avanzar y evolucionar, porque tenía claro que no quería seguir postrado en la pobreza, y no me refiero a la pobreza material, porque esa, es temporal… hablo de la pobreza de sueños, de aspiraciones, de ambición, de visión, de ganas de disfrutar una vida con significado, de deseos de trascender para no solo existir y vivir sin un propósito.
Me encontraba huyendo de mi contexto porque tenía muy claro que haría todo lo posible, por supuesto, sin atentar contra mis principios y valores, para salir de él y procurar mi prosperidad. Yo aspiraba a una vida en la cual pudiera ver todas las maravillas que este mundo increíble nos ofrece… lugares, paisajes, ciudades, recintos, conocimiento, y todas aquellas comodidades materiales que deseamos para nosotros y para los que amamos.
Algo que me parecía increíble y que hasta ese momento descubrí, fue que no tenía que gastar dinero para aplicar todo lo que había estado escuchando. Ahora la pregunta siguiente era, ¿creía realmente en todo esto? En ese momento pensé que no, pero lo que sí sabía, era que quería creer.
El aprendizaje que me dejó esta etapa de mi vida, lo comparto hoy con todo aquel con quien tengo contacto. Los puntos de inflexión que he encontrado y que he tratado de transmitir, siempre con la esperanza de despertar en las personas la voluntad para progresar, son los siguientes:
- Todos nacemos iguales, con dos activos: 24 horas y una mente.
- La mente es como una computadora que podemos llenar de programas. De niño no puedes escoger los que te han sido implantados, así que tienes aquellos de acuerdo al contexto en el que naciste. Una pregunta muy simple, ¿si fueras japonés o alemán, pensarías de la misma manera? ¿Qué te dice eso? Es fácil, que la esencia de todos es la misma pero nuestros programas no.
- Los pensamientos evolucionan para transformarse en acciones. La mente es creativa.
- Los pensamientos tienen una ley: una vez creados, tienden a expandirse y a permanecer. Acaso, cuando algo te preocupa, ¿no puede colocarte incluso al borde de la paranoia, llevándote a imaginar lo peor?
- La mente está a su vez, conformada por dos mentes, la mente consciente que supone aproximadamente un 4%, mientras que el 96% restante corresponde a la mente subconsciente. La mente es como una computadora que archiva todo, sin diferenciar lo bueno de lo malo, usándolo a lo largo de tu vida de manera automática. Todos los pensamientos conscientes se envían automáticamente al subconsciente, todas nuestras sensaciones, emociones, sentimientos… todo se queda grabado ahí sin que nos demos cuenta. Entonces, trabaja tu mente permanentemente.
- A la edad de 7 años tenemos un 90% de nuestra programación mental en nuestro cerebro, y está determinada de acuerdo a la experiencia de otros, como nuestros padres, la escuela, la religión, figuras de poder, el propio entorno y los distintos factores que nos rodean, así que, de esta manera creamos imágenes y creencias acerca de todo, desde el trabajo, pasando por las aficiones, las relaciones, el dinero, la salud, y hasta nuestras propias capacidades.
- EL 96 % de lo que hacemos diariamente es gracias a la mente subconsciente, por eso podemos conducir y a la vez pensar en otras cosas, ir conversando o en una llamada. Si el 96% de lo que hacemos diariamente es por la programación de nuestro subconsciente, entonces, ¿cuáles son nuestros programas? Basta darle un vistazo a nuestra vida y darnos cuenta de nuestras circunstancias; si siempre me engañan en una relación; si cada vez que empiezo a progresar, caigo y retrocedo nuevamente para empezar desde cero; si mi economía está estancada, etc. La respuesta es que es un programa, y al igual que en una computadora, podemos cambiarla de la misma forma que se instaló desde un principio, a partir de una nueva información.
- Ahora bien, hay una idea que me dejó perplejo: vivimos en un universo mental, no material. Todo lo que hay en mi vida es creación propia, consciente o inconscientemente. Esto era algo a lo que me resistía a creer, porque yo me preguntaba, ¿Cómo elegí estar endeudado? ¿Cómo elegí vivir como lo hago actualmente si realmente no me gusta? La realidad es que tu subconsciente vive la vida y no tú, y la vive de acuerdo a los programas que le implantaron. Lo más triste es que no somos conscientes de ello, esas creencias no son nuestras, vienen de muchas generaciones atrás.
¿Quieres éxito en la vida? No estoy hablando del logro material, hablo del éxito integral, el cual te ayuda a concebir un entorno que te empoderará, el mismo que creará sanas relaciones y unas amistades nutritivas, una fuente de ingresos que te satisfaga no solo la billetera sino tu espíritu, un entorno que te permitirá dedicarte a eso que tanto te apasiona, a tu vocación, a tu llamado en esta vida, a conseguir el estilo de vida que te permita disfrutar los regalos de este mundo, una pareja que te nutra y que juntos procuren una relación vibrante, una relación contigo mismo gratificante, constructiva, llena de emoción por el autodescubrimiento de tu grandeza sin límites y, sobre todo, una conexión profunda con esa inteligencia infinita, el poder superior o como tú quieras llamarle a este.
Un mentor me dijo que estas aseveraciones eran la clave del éxito integral, así que las hice mías. Entonces, debes volverte responsable de tu vida y no víctima, ya que no eres presa del pasado ni de las circunstancias; debes reconocerte como creador de tu vida y eso significa, que puedes crearla de acuerdo a tus nuevas creencias
¿Cómo hacerlo? Como lo hicieron con nosotros de niños, con base en repeticiones, descubriendo nuestro lenguaje interno e intentando responder a las siguientes preguntas: ¿Qué me digo? ¿Qué pienso de mí? ¿Qué creo merecer?
Una premisa que adquirí e hice mía hace mucho tiempo reza de la siguiente manera: “nunca vas a obtener más en la vida de lo que crees merecer”. Entonces, empodérate.
También aprendí que, como todo en este universo, el éxito tiene leyes y si yo aprendía estas, entonces podría manifestar éxito integral en mi vida.
Estos son algunos de los principios que me hicieron comenzar a recorrer el camino del autoconocimiento para lograr el éxito. Ha sido un viaje increíble que no tiene fin y que cada vez lo encuentro más apasionante.
Al principio no sabía por qué mi autoestima, no tenía la capacidad de creerme exitoso si yo lo deseaba, aunque en el fondo no me sentía capaz ni merecedor de ello. Una gran autora, Louis L. Hay dijo: “quizás lo que tu deseas de la vida es muy diferente de lo que tú crees merecer”. Así que estaba seguro de que quería creer, pero entonces aparecieron los roba sueños que me decían que todo aquello era una charlatanería, que el éxito no era para mí y que eso era imposible. Estuve a punto de rendirme, pero escuché un par de preguntas que me salvaron y que fueron la clave para que mi vida cambiara: ¿y si en realidad fuera posible? ¿y si de verdad puedo vivir la vida de mis sueños?
Entonces decidí convertirme en un estudiante y practicante de estos principios de por vida y aplicarlos continuamente. Mi lógica era simple, al ser un joven de 24 años con deudas y apenas sobreviviendo, no me asustaba introducirme a este nuevo pensamiento, ya que supe que no me iba a costar dinero reprogramarme, ni aplicar los principios y mucho menos aprenderlos y reforzarlos.
Descubrí también que todo es creado por la mente, con el apoyo por supuesto, de una gran emoción y un enorme deseo por lograr tus objetivos. Se necesita de un ambiente mental adecuado para que estas semillas germinen, ¿Cómo creo este ambiente? Audios, Libros, Asociación, Mentores y un gran anhelo de transformar mi vida.
Hoy puedo decir que, ese joven preparatoriano que llegó a la Ciudad de México siendo vendedor ambulante, se hizo un estudiante de estos principios… Grandes sueños he realizado hasta el momento, pero lo mejor, es que continúo aprendiendo porque ahora sé, que el éxito no es un destino, sino un camino.
¿Qué más puedo decirte que te motive a triunfar? Puedo asegurarte que lo que deseas, está tan cerca o tan lejos como tú lo creas y lo decretes. ¿Quieres cambiar tus creencias? Entonces cambia las horas de televisión y redes sociales por la lectura, por cursos, por audios que te ayuden a reprogramarte, pero, sobre todo ten un Mentor.
Desde hace 26 años desarrollo network marketing y hoy estoy feliz de poder expandirlo en América, Asia y ahora en mi nuevo reto, Europa. La clave para continuar avanzando, es no dejarte atrapar por tus miedos y postrarte en tu zona de confort. Decídete, ve y hazlo posible.
Como punto final, comparto con todos ustedes mi misión de vida:
Transmitirle a todo ser humano que sus sueños pueden hacerse realidad, enseñándoles cómo a través de su mente pueden moldear su realidad. Mostrarles que es una bendición que puedas cambiar tu mentalidad y escoger aquella que te hará vivir la vida de tus sueños. Puedo asegurarte con la mano en el corazón, que los sueños siempre se hacen realidad.
