México necesita hazañas nacionales

Entrevista por Sergio Bignardi
Muy buenos días Doctor José Narro, primero me gustaría preguntarle, ¿cómo ha estado en estos tiempos de guardarnos en casa, qué le ha implicado estas restricciones para salir durante un periodo largo?
Ha sido una experiencia intensa, interesante con claroscuros, pero que nos ha permitido en mi caso, encontrar, recuperar espacios, dimensiones que se habían quedado distantes por el ajetreo de la vida cotidiana. La verdad es que esta forma de comportarnos a la que nos obligó en el mundo el SARS COV2 nos ha hecho a muchos reflexionar, entonces puedo decir que, en mi caso, bien, con mucho cuidado y siguiendo desde el principio todos los cuidados, todos los protocolos y afortunadamente, sin problemas serios en casa, sin casos detectados, recuperando espacios y momentos nuevamente con mi esposa, pero al mismo tiempo, extrañando otros como el contacto con los hijos y los nietos. Existe un contraste porque ganas en un sitio, por ejemplo, al recuperar el espacio con mi esposa, con quien tengo toda una vida de conocerla (la conocí cuando ella tenía 14 años) y pierdes en otro, en este caso, al alejarme de mis hijos y nietos. Pero intento quedarme y sacarle provecho a todo lo positivo de cada situación.
Pasando a otro tema, me gustaría preguntarle, ¿cuál es el México que usted quisiera ver y cuál es el México que estamos viviendo en realidad?
Yo siempre he sido una persona convencida absolutamente de que México es un gran país. Lo es por su magnitud y tamaño territorial, pero también tiene una grandeza singular. De hecho, en mis conferencias, sin importar que hable de salud, de educación, política, procesos, etc., siempre tengo palabras para reconocer que México es un país grande y con grandeza, por su población, extensión territorial, por la variedad de climas, por su ubicación, por su economía, capital natural, cultura, por su historia, tradiciones, por la trayectoria, por sus aportes al mundo y por tantas cosas más que este gran país posee.
Ya lo he dicho en otros momentos y hoy confirmo con bastantes más argumentos, que las cosas no van bien en México, y eso me preocupa mucho porque este es el país de las y los mexicanos. Yo quiero estar aquí en este país, no tengo otro, pero más allá de no tener otro, no quiero tenerlo, porque este es el país de mis padres, de mis abuelos, de mis hermanos, de mis antepasados, de mi historia, de mis hijos y de mis nietos y será de los hijos de mis nietos y bisnietos, entonces, deseo y quisiera que las cosas estuvieran mejor. Les voy a mencionar únicamente dos o tres puntos sobre los que pienso, no están bien, y serán solo estos porque no intento dejar una relación o verdad absoluta sobre ellos, sino de señalar lo que, a mi juicio, son algunos de los principales problemas
¿Cuál es para mí el mayor de los problemas? Es la división que se ha generado, existe una polarización evidente, notable. Desafortunadamente todos los días se estimula, se produce, se agudiza y se encuentra en los medios de comunicación, en las redes sociales y hasta en los dichos del presidente de México, gran cantidad de argumentos para mantener una enorme polarización. Eso no es para nada, bueno.
Nos dividía antes un poco la pobreza y ahora nos divide la ideología.
Aún hoy, nos divide todavía la pobreza y la desigualdad, que son males no recientes, y ojalá fueran males producto del neoliberalismo, pero no lo son, son males que han acompañado a este país a lo largo de su historia, y cada vez que en México los mexicanos nos hemos polarizado y dividido por razones de fe religiosa, para intentar mejorar las relaciones sociales económicas, México ha tenido luchas intestinas, ha tenido revoluciones, y ya hemos visto los resultados. Entonces hay que tener mucho cuidado, es algo que me preocupa muchísimo.
Como segundo punto, me preocupan los males de siempre, los que constantemente hemos padecido como país, y que hoy se han agudizado por la aparición del COVID-19, como la pobreza, la pérdida de empleos y la disminución de ingresos, siendo estos, enormes golpes a la economía nacional. Entonces, claro que preocupan muchísimo esos males, prácticamente de toda la vida. Yo pienso que tiene que llegar un momento en el que se diga ¡no más! ¡hasta aquí! ¡ya basta! Hasta hoy, creo firmemente que a nosotros como país se nos ha pasado plantar ese ¡hasta aquí!
Tercero, y solo por mencionar algunas áreas y recalcando de nueva cuenta que no es por la aparición del COVID-19, ya que este solo vino a agudizar las problemáticas, está el área de la salud, la social, la de la educación, todos aquellos que tienen que ver con el potencial de desarrollo de México en temas de inversión, en generación de empleo, en seguridad, de justicia, en la impunidad y la corrupción, males terribles estos dos últimos. Y quiero recalcar que existe en la parte social un efecto muy fuerte en diversos asuntos, que, en mi opinión, se han agudizado en estos dos o tres últimos años.
¿Cómo se puede unificar un país con semejante problemática?
Convocatoria. Hay que convocarlo, no tengo duda. Tenemos que hacer un esfuerzo como país. Acabamos de pasar un proceso electoral en el que nadie obtuvo la victoria total, y en el que, a su vez, casi nadie perdió todo. En realidad, perdieron 3 partidos nuevos al perder su registro.
Siguiendo en el mismo tenor, veo que mantenemos la misma tendencia de siempre, que es ofrecer un voto de castigo, esto quiere decir que nunca votamos por un candidato, sino más bien, votamos para castigar al otro.
Si, este voto de castigo, aunque es “útil”, no deja de ser de castigo. Ahora bien, hay que ver qué es lo que nos ha faltado y hay que externarlo, exteriorizarlo, debemos reconocer que hay que cambiar. ¿Qué nos puede articular? Una propuesta firme y coherente, ya que no hemos tenido una propuesta en este proceso electoral, y no se trata de ver al país dividido en dos partes, sino de un solo México unido con sus diferencias y similitudes, porque claramente sabemos que no es lo mismo el México del norte que el México del sur, como no lo es el México de un municipio con un desarrollo humano muy alto y un municipio con un enorme rezago.
Pero, ¿cómo se puede llevar a cabo un proyecto de nación que incluye a tantos “Méxicos” al mismo tiempo y con propuestas de corto plazo de sexenio?
No se puede, no así tan fácil, México necesita hazañas nacionales, México necesita que propongamos la posibilidad de cambiar buena parte de nuestra realidad. Voy a dar un ejemplo, pero no se resuelve mágicamente, ni de la noche a la mañana, requiere continuidad, demanda recursos y necesita para ponerse en práctica, un muy buen diagnóstico y claridad en el programa, en la planeación y en las acciones como tal. Me refiero a lo social evidentemente.
México tiene en 2021 4 millones y medio de personas de 15 años que no saben leer ni escribir. En números se ha disminuido, pero quiero hacer énfasis en que hace 100 años eran 9 millones, entonces no puede ser posible que en 100 años hayamos bajado en números a 4 millones de personas, porque los analfabetos de hoy, son hijos y nietos de los analfabetos de ayer.
Y están destinados a ser pobres por el resto de su vida con esa condición.
En nuestro país tenemos más de 28 millones de personas que aparte de los 4 millones y medio que no han terminado la primaria o la secundaria, viven en rezago escolar. México está muy por debajo de países que tienen 13 años o más de escolaridad promedio. Estamos hablando de países en donde el promedio de su gente se encuentra en el inicio de estudios universitarios, nosotros somos un país que apenas supera en promedio, la secundaria. Está claro entonces que la educación se necesita. La educación produce desarrollo, así que, eliminar el analfabetismo y abatir en grado importante el rezago escolar es una hazaña nacional. Se puede hacer, lleva y cuesta años por supuesto, pero se puede conseguir.
¿Cómo podríamos lograr un objetivo así Doctor?
Con convocatoria y otorgándole prioridad. Con compromiso del Estado Nacional, porque quiero dejar claro que no es un asunto que le compete únicamente al Gobierno Federal, esto es un asunto de todo el Estado Mexicano, es un tema del poder legislativo, del sector social y del privado, de organización, de convocatoria y de destinar los recursos necesarios.
Hay temas y asuntos que requieren de un compromiso colectivo, de una buena organización, de una buena decisión y de la voluntad política y participación de todos.
Es vergonzoso que tengamos que reconocer que en nuestro país cada año alrededor de 9 mil niñas de entre 10 a 14 años son madres, y peor aún, tratar el tema con la ligereza de “que alguien las embarazó”. Entonces, eso sí es espantoso, hay cosas en que la sociedad entera debe decir ¡ya no! El embarazo infantil no debería existir. Si uno no es permisible, mucho menos lo son los 9 mil anuales.
Como podrás ver, nos encanta poner derechos en la constitución, y me parece bien, pero si solo se quedan en aspiración, no sirven. Lo que está en la constitución se debe de cumplir. En 2012 se tuvo la iniciativa de hacer que la educación media superior del bachillerato fuera universal y obligatoria, y eso en el papel estuvo excelente. Los legisladores en aquel tiempo dijeron que en 10 años se alcanzaría el 100%, pero qué crees, no lo vamos a alcanzar. El próximo año se cumple el plazo para ver en qué situación estamos. Tal vez nadie lo retome. Ese es el verdadero problema, que ni siquiera nos volvemos a acordar del tema. Necesitamos hacer un enorme compromiso y plantearnos esas hazañas nacionales en temas fundamentales para hacerlas realidad.
Para hacer hazañas se necesitan héroes Doctor, ¿quiénes son esos héroes y dónde están?
Es en conjunto la sociedad. Yo personalmente también lo digo, sí se necesita liderazgo, pero se necesita también capacidad. Hay que convocar, por eso insisto, el dividir a la sociedad mexicana y polarizarnos es exactamente lo contrario a lo que requiere un país como el nuestro, México necesita de otro tipo de situaciones y para eso, necesitamos de los liderazgos, de las capacidades de convocatoria, pero también de la respuesta colectiva, y de aceptar, por ejemplo, que las contiendas político-electorales terminan el día en el que concluye la votación. Después de eso, hay que ponerse a trabajar. También sé que no hay unanimidades y entiendo que en la pluralidad está la fuerza de un país también como el nuestro. Somos diferentes en muchos sentidos, hay grupos muy diversos, pero sin importar estos dos puntos, debemos de tener valores que también nos identifiquen y nos unan, sobre todo en contra de la corrupción. Pero no tocarlo solo desde el discurso. Hay que combatir la violencia e inseguridad, pero no solo en el dicho, sino en los hechos. Tenemos que rechazar las intolerancias.
¿Cuál es su perspectiva para México en lo económico y en lo político de aquí a los próximos años, qué piensa usted?
Sigo creyendo que México es un país de grandes potencialidades. En México tenemos recursos naturales, materia prima, ubicación geográfica extraordinaria, es un país que mira al occidente y al oriente, con dos grandes océanos, es un país que tiene una capacidad para atraer turismo por sus increíbles espacios naturales ,pero también por la cultura, por lo antiguo, pero también por lo moderno, es un país de museos, de historia, de cultura, es un país fantástico, y todavía tiene por fortuna la demografía a favor, porque es un país lleno de jóvenes. Hay que voltear a verlos, hay que mirar hacia ellos. El potencial del país está en el pasado, en el presente y, sobre todo en la posibilidad de crear un futuro que nos una. Tengo claro por otra parte que lo que a México le hace falta es decencia, y esa debe ser una palabra que forme parte de cada uno de nosotros en nuestra vida. Tener una vida con una actitud decente.
¿Se puede estimular un México que tome un camino autodidacta o nuestra cultura no da para eso?
Se puede, y lo hemos aprendido ahora un poco obligados por la misma situación. Hemos desarrollado capacidades que no teníamos hace dos años, hemos aprendido muchas cosas, incluso, en lo que concierne a la parte tecnológica y los adultos mayores, en donde la tecnología no era conocida para ellos, podemos ver que hemos logrado interactuar con ella, estar presentes en reuniones virtuales, con decirte que el año pasado ha sido el año en el que he dado más conferencias durante toda mi vida, fueron más de 60 conferencias.
Doctor Narro, si usted fuera presidente de México, ¿cuáles son las primeras 4 cosas que haría?
Yo estoy claro y muy convencido de las cosas que a México le urgen porque he aprendido a lo largo de mi vida, de mi trayectoria en la universidad, en el sector público, y de las responsabilidades que he tenido. He sido muy afortunado porque he tenido grandes oportunidades, lo mismo en el sector salud que en otras áreas como la seguridad, o en otros campos incluido el de la política, como cuando pude participar con el doctor Jorge Carpizo como subsecretario cuando él era secretario de gobernación, o el mayor honor que yo he recibido, la mayor responsabilidad y la mayor distinción que ha sido dirigir y coordinar los esfuerzos de una comunidad como la de la Universidad Nacional Autónoma de México. No tengo duda, estoy convencido de que los grandes asuntos de este país y no sé si diga cuatro o cinco, pero estos tienen que ver con lo que ya he externado de este país.
1.- Salud. Al país, a las personas, a los mexicanos, nos hace falta salud. La salud es pre-requisito, es la base, es el fundamento, y si quiero tener mejores posibilidades de aprender requiero de buena salud, si quiero tener mejores posibilidades de producir, de tener un empleo, requiero de buena salud, si requiero tener mejores ocasiones para leer, para ver arte, requiero de buena salud. La salud tiene que ver con todas las áreas prácticamente.
Hemos mejorado y de eso no hay ninguna duda. Quien diga que no se ha mejorado en los últimos 20 años, está faltando a la verdad. Ahí están los indicadores internacionales. Por supuesto que todavía hay muchas tareas por realizar y mucho por mejorar.
2.- La educación. Para México es una urgencia nacional tener una verdadera reforma educativa, una reforma integral, no únicamente para los profesores, o enfocada solo en la evaluación, no, a México le urge una gran definición de modelo de educación, la flexibilidad necesaria para entender las diferencias y lo que sucede en sitios que tienen más años de escolaridad, más desarrollo humano, más productividad comparadas con entidades federativas que no las tienen. Esa reforma educativa tiene que abarcar, en mi opinión, desde la educación inicial (la preescolar) hasta la educación superior. No es aceptable que un país tan grande y maravilloso como México tenga en educación superior, una cobertura inferior al promedio de América Latina.
3.- Económico. México necesita atraer, convocar a la generación de empleo completo, bien remunerado y con prestaciones. No es posible que el 56% aproximadamente de la población económicamente activa labora en la informalidad, sin prestaciones, sin seguridad social, sin tener derecho de atención médica, sin tener la posibilidad de gozar durante 20 o 30 años de un retiro, de pensión y de jubilación. No está bien, y ya llegó el momento de decir ¡basta! Y cuando digo empleo, estoy pensando en un empleo bien organizado y completo, pero que incluye a la ciudad y al campo. Porque tampoco se pueden seguir quedando atrás nuestras áreas rurales, tenemos más de 186 mil localidades de menos de 2500 habitantes. El México rural es un México muy duro en donde viven con mucha pobreza.
4.- Investigación. Innovación. México necesita de un gran apoyo al sistema de ciencia, tecnología, innovación y cultura. Tiene que ser una prioridad para este país, yo creo que hoy estamos como estábamos hace 10 años en estos temas, retrocedimos en cuanto a presupuesto destinado a la investigación científica. Hay países que invierten 9 o 10 veces más que nosotros como parte del producto interno bruto, Israel es uno de los países que más invierte en ciencia, pero también los suecos, los finlandeses y los noruegos, entonces, México necesita innovación, y no solo en tecnología, también en la parte social. La cultura es parte de lo que distingue a la especie humana, y yo la coloco entre las grandes prioridades que debe tener este país.
5.- Por último, hacer este gran compromiso con los temas que se pueden abordar en el gran capítulo que son los derechos humanos. Respeto completo y absoluto a los derechos humanos; a la equidad de género, que nos ha hecho y nos sigue provocando crisis; el tema de las mujeres; el derecho a la vida, a la libertad y a la democracia. Me parece que son fundamentales, y seguramente hay muchas otras cosas más que deben estar en ese gran asunto, pero en mi opinión, me quedo con esos 5 grandes parteaguas.
Qué interesante, gracias Doctor por sus grandes respuestas, enriquecedoras como siempre y gracias por permitirnos compartir con usted una vez más.
Al contrario, es un gusto.