El futuro ya está aquí. Si lo manejas, querrás uno.
Antes de hacer la prueba de manejo del Tesla Model X, tenía grandes expectativas, lo había visto en la calle y siempre me preguntaba, ¿qué auto será ese? Es realmente hermoso, es muy evidente que es un auto del futuro; pero cuando llegué a Tesla, literalmente quedé anonadado, es increíble desde la forma en que se abren y se cierran las puertas del auto sin tocarlas, y el absoluto silencio del motor al encenderlo; subirse a un Tesla es un viaje sorpresivo que no para, asientos ultra cómodos, seguridad activa, con prevención de colisiones, frenado automático de emergencia, la cabina, más que un auto, parece una nave espacial minimalista, es un lujo compuesto por una sencillez del gusto más refinado; cuando pisas el acelerador, quedas con la boca abierta por la impresionante potencia de la máquina, que es 100 veces más silenciosa que un Rolls Royce. El piloto automático semiautónomo, el clima, los detalles interiores y acabados, el equipo de audio Tesla de alta fidelidad. Creo que es evidente que me enamoré del Tesla; pero eso no es todo, nunca vi un GPS de tal tamaño; el modelo X que manejé, posee una batería con autonomía de 465 Km, es un transporte 100% ecológico que no requiere verificación ni tiene impuesto de tenencia, y lo más increíble, es que es un auto que no se deprecia ni se hace viejo, ya que el modelo es siempre el mismo y solo se actualiza el software de manera incluida, de tal forma que siempre tienes un auto del año, aunque lo hayas comprado en el 2015; la única modificación física para 2019 serán los nuevos faros led dinámicos giratorios, que se pueden pedir para cambiarlos y eso es todo.
No hay manera de no enamorarse de un Tesla.
Es una experiencia incomparable; si no me creen, soliciten una prueba de manejo.