Magdalena Carmen Frida Kahlo es la pintora mexicana más reconocida a nivel mundial. Quien a pesar de desarrollar su talento en un ambiente de grandes muralistas mexicanos con los que compartía sus ideales, logró una pintura personal y metafórica que involucra fuertes acontecimientos que marcaron su vida.
Nació el 6 de julio de 1907 en la Ciudad de México en la casa que hoy es conocida como la Casa Azul. Hija de Wilhelm (Guillermo) Kahlo de ascendencia húngaro-alemana, y Matilde Calderón originaria de Oaxaca. Frida fue la tercera de cuatro hijas, Matilde, Adriana y Cristina respectivamente.
Al cumplir dieciocho años sufrió un grave accidente que la obligó a convalecer por un largo periodo. Esto no fue motivo para detener ni truncar sus objetivos pues durante este lapso aprendió a pintar, además que influyó permanentemente su manera de vivir. En 1929 se casó con el muralista Diego Rivera y tres años después sufrió un aborto que la afectó profundamente pero al mismo tiempo la inspiró para realizar dos obras relevantes: Henry Ford Hospital (1932) y El aborto (1932).
Frida tuvo la oportunidad de que André Breton conociera su obra, él afirmaba que era una surrealista espontánea —lo que ella siempre rechazó—, pues negaba completamente que sus creaciones fueran enmarcadas en una tendencia. Tan grande fue el gusto de Breton por el trabajo de Kahlo que la invitó a exponer en Nueva York y París; aunque por desgracia en esta última no tuvo una buena buena aceptación.
Frida Kahlo junto con Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco buscaron con empeño las raíces estéticas de México, y con los resultados de este trabajo, Frida logró realizar hermosos retratos de niños y obras inspiradas en la época prehispánica.
Todas sus obras sirven de ejemplo para mostrar cómo el arte es un instrumento poderoso con el cual sobreponerse a la realidad. Su vida se vio marcada por trágicos sucesos y una lucha en contra de una enfermedad que comenzó cuando tenía tan solo seis años: poliomielitis, la cual le dejó varias secuelas. Por si fuera poco, en 1925 sufrió un accidente en auto en el que se fracturó la columna vertebral y la pelvis; además de dejarla sin posibilidades de tener hijos, fue causa de numerosas operaciones acompañadas de una salud inestable.
A través de la pintura que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad, Frida reflejó de una forma soberbia el choque entre su ansia de felicidad y la constante amenaza de su destrucción; contemporáneamente jugaba con la dualidad entre los sueños del amor hijos y la realidad de su dolor e impotencia.
Durante la convalecencia del accidente (sin siquiera poder incorporarse) comenzó a pintar tomándose a ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo el templete de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie de autorretratos, tema de carácter autobiográfico que ocupa la mayor parte de su producción. En una ocasión afirmó: “me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco.” En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico y propio, pues acompañaba sus retratos con metáforas de sus experiencias y sus pensamientos.
Su vestimenta se veía influenciada por el nacionalismo mexicano, le gustaba usar faldas largas tradicionales, moños trenzados con cintas de colores, collares y aretes antiguos; tal y como se muestra en su Autorretrato como Tehuana (1943) donde se ve representada como auténtica mexicana y sus rasgos mestizos se ven acentuados (aunque tenía sangre española, india y alemana).
Derivado de ideología nacionalista surge el Autorretrato con monos (1943), Mi nana y yo (1937). En otras ocasiones, como en Autorretrato – El Marco (1938) se inspira en la imaginería popular y en el barroquismo colorista mexicano. La fusión de la temática personal y las formas de la imaginería popular las expresa en la obra Henry Ford Hospital, inspirado en una traumática experiencia de un nuevo aborto; a pesar del accidente Frida esperaba que su segundo embarazo llegara a buen término, pero, desafortunadamente con su pelvis fracturada no podía acoger el desarrollo de un niño.
Kahlo adoptó formas narrativas de exvotos mexicanos (ofrendas religiosas antiguas) como se muestra en la pieza titulada Retablo (1943). Frida encontró un exvoto que representaba el choque entre un tren y un autobús: una joven se mostraba tirada sobre las vías del tren y la imagen de la Virgen de los Dolores flotaba sobre la escena. Frida añadió a la chica sus propias cejas y unos rótulos al tren y al autobús, dejando la obra como la representación de su propio accidente. En la parte inferior escribió: “Los esposos Guillermo Kahlo y Matilde C. de Kahlo dan gracias a la Virgen de los Dolores por haber salvado a su niña Frida del accidente acaecido en 1925 en la esquina de Cuahutemozín y Calzada de Tlalpan”.
Después de superar diversas crisis de salud, Frida mostró su agradecimiento a los médicos con pinturas dedicadas al Dr. Eloesser y al Dr. Farill. Así como la enfermedad fue motivo en sus pinturas, su vida afectiva también fue plasmada en El corazón (1937), la ausencia de manos expresa su impotencia y desesperación ante el amorío entre Diego Rivera y su hermana Cristina: su corazón arrancado se muestra a sus pies y tiene un tamaño grande que refleja la intensidad de su dolor, junto a ella hay un vestido femenino colgado de un hilo que representa a su hermana; a la vez, de sus mangas sale un único brazo que enlaza y un palo atraviesa el hueco que ha dejado su propio corazón.
Las numerosas infidelidades de Diego desataron crisis emocionales de la artista. Frida se divorció del muralista en 1939 para casarse nuevamente con él un año después. A pesar de su mala salud y de haber sido operada en múltiples ocasiones, Frida fue una artista con una intensa actividad.
En el ámbito político, fue miembro del partido comunista y una fiel activista de izquierda. Junto con Rivera, acondicionó la Casa Azul para darle asilo por más de dos años a León Trotsky y a Natalia, su mujer. Incluso, días antes de morir, Frida participó en una marcha de protesta en contra del derrocamiento del guatemalteco Jacobo Árbenz, lo cual le provocó una embolia pulmonar.
Fue maestra de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”. Tanto en su trabajo como en su vida cotidiana (lenguaje, vestimenta, y decoración de su casa) Frida buscó rescatar las raíces del arte popular mexicano, interés que se ve reflejado en su obra. Frida afirmaba que, al contrario de los pintores surrealistas, ella no pintaba sus sueños sino su realidad. De su obra destacan los autorretratos influenciados por la técnica del retrato fotográfico que aprendió de su padre, Guillermo Kahlo.
Su salud fue decayendo poco a poco. De 1950 al 51, permaneció internada en el Hospital Inglés, y en 1953 ante la amenaza de gangrena, se le amputó la pierna derecha. Frida Kahlo murió en la Casa Azul en la Ciudad de México el 13 de julio de 1954, cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes le preparaba (como Homenaje Nacional) una muestra retrospectiva. Su personalidad ha sido adoptada como una de las banderas del feminismo, de la discapacidad, de la libertad sexual y de la cultura mexicana. Frida Kahlo se ha convertido en un referente que rebasa el mito. Sus obras se resguardan principalmente en México, Estados Unidos y Europa.