Retos y soluciones
Por: Alejandro Herrera M.
La participación de la mujer en la administración pública se ha incrementado en las actividades diarias del gobierno. El INEGI, en su Censo Nacional de Gobierno Federal 2019 da cifras muy relevadoras. De 316 instituciones de gobierno federal (secretarías de estado, órganos administrativos desconcentrados, entidades paraestatales y empresas productivas del estado), el número de personas trabajando en estas instituciones era de 1, 476, 478. De este casi millón y medio de personas, el 50.8% eran mujeres y el 49.2% hombres. Casi el 50% de las mujeres cuentan con estudios de nivel licenciatura en el Gobierno Federal y de las 316 instituciones, en solo 50 estaban al frente mujeres. Por lo que respecta al Poder Legislativo, por primera vez las dos Cámaras, de Diputados y Senadores, son presididas por mujeres y el número de legisladoras es el más alto en la historia. Por último, hay 3 mujeres Ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ahora bien, derivado del confinamiento de la Pandemia COVID 19, esta ha sacado a la luz pública una realidad que no era muy conocida y que muestra la vulnerabilidad en la que miles de mujeres se enfrentan. Se calcula que desde que inició el confinamiento, las cifras de agresiones contra mujeres se elevaron en un 44%, según el mismo INEGI.
Por otro lado, por violencia contra las mujeres, en este mismo periodo se elevaron el número de llamadas telefónicas de auxilio en un 60%. Esto nos muestra que el hogar, no es el lugar más seguro para miles de mujeres. Sin embargo, es posible que las cifras sean más altas dado que no todas las víctimas denuncian.
En México existen varias instituciones que dan apoyo a las mujeres, tales como, la Red Nacional de Refugios, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Consejo para Prevenir la Discriminación, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y el Instituto Nacional de las Mujeres para atender esta problemática; entre otras.
Es responsabilidad de todos contribuir a generar más espacios seguros para el desarrollo laboral e integral de la mujer. Por ello, a continuación, te sugiero algunas ideas que puedes poner en práctica en tu organización.
Primero, genera un diagnóstico del personal de tu organización. Esto incluye rangos de edad (para detectar la generación), sexo y escolaridad. Esto nos permite conocer mejor a tu capital humano, saber su preferencias, intereses y forma de abordar el ámbito laboral. Dos, genera una campaña de sensibilización entre el personal para concientizar a los colaboradores de las políticas de equidad y mecanismos de apoyo para la integridad de la persona.
Tres, genera políticas de reclutamiento y selección desde una perspectiva de género, anteponiendo la equidad e igualdad de oportunidades y libre de discriminación. Cuatro, diseña mecanismos de denuncia ante muestras de acoso que garanticen la integridad de la víctima. Quinto, proporciona mecanismos que faciliten a la mujer participar en actividades de representatividad de tu organización. Es muy importante que cuando haya foros públicos, se busque incluir a una mujer con las competencias necesarias para el desarrollo del mismo.
Como hemos visto, la participación de la mujer en el gobierno es muy significativa y fundamental para el desarrollo del país. Si bien han existido avances, aún falta un camino por recorrer. Las organizaciones (públicas y privadas) tienen en sus manos la posibilidad de generar mecanismos que puedan expandir las capacidades de las mujeres en su desarrollo laboral, más aún en momentos en los que la pandemia ha provocado un replanteamiento del concepto de trabajo, relación de equilibrio vida laboral-personal, así como uso de las tecnologías de la información.