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Los líderes post-pandemia

Empáticos y buenos comunicadores

Por Julián Melo
Co-fundador y CEO de UBITS

Hace unas décadas, cuando hablamos de liderazgo, tradicionalmente lo vinculábamos directamente con superioridad. Un líder estaba arriba de sus subordinados o seguidores y marcaba la dirección. Inclusive, en muchas culturas, un líder era incuestionable; su palabra era ley.  Los cambios culturales acelerados que hemos experimentado en este siglo también han alcanzado al concepto de liderazgo.

Conforme nos hemos hecho conscientes del concepto de empoderamiento, hemos aprendido no solo que los líderes no deben ser estas personas autoritarias de antaño sino que tampoco deseamos colaboradores que digan sí a todo. Al contrario, lo ideal es contar con equipos que cuestionen, que creen y que amplifiquen las ideas.  

Otro mito que se ha roto es que el liderazgo es innato; que unos nacemos para serlo y otros, para convertirnos en subordinados. Aunque cabe aclarar que tampoco es fácil esa transición. Cuántos casos hay de personas que son promovidas a puestos de gerencia y dirección porque saben hacer muy bien su trabajo … solo para fracasar porque no saben manejar y, sobre todo, inspirar a sus equipos. Para ello, se requiere de capacitación.

Hoy pensamos en el liderazgo como la capacidad de regular la interacción que existe entre los miembros del equipo de trabajo para mantener un desempeño psicológico positivo que logre la eficiencia dentro del plan de trabajo de una empresa.

Al igual que sinfín de esquemas y conceptos, la pandemia también ha trastocado el concepto de liderazgo. ¿Por qué? Porque de la noche a la mañana todos nos encerramos en nuestras casas y nos vimos obligados a trabajar en ambientes 100% digitales, una realidad que permanecerá aunque sea parcialmente después de COVID-19.  ¿Cuánto ha cambiado?  Para averiguarlo, nos dimos a la tarea de encuestar a 150 líderes latinoamericanos junto con Hubspot.

Constatamos que esa tendencia a un liderazgo más humanista se incrementó.  Los líderes post-pandemia deben tener grandes habilidades de comunicación, sobre todo considerando que el humor y la ironía a veces no viajan bien en el ciberespacio. Asimismo, tienen que ser empáticos, estas conscientes de las circunstancias personales de cada individuo.  Son innumerables las anécdotas de videollamadas durante la pandemia donde había pausas porque había niños atrás corriendo o por la entrega del súper. Esto del lado ligero pero también muchas personas perdieron seres queridos y pasaron por malos momentos de toda índole, incluyendo económicos. Nos complació ver que eso está siendo tomado en cuenta por las organizaciones, ya que el 73% de los encuestados considera darle a sus equipos de trabajo un plan de bienestar o asesoría psicológica.

También, y esto es muy importante, hubo una necesidad forzosa de tener confianza en los empleados. Tradicionalmente, se había tenido ciertas dudas de lo que hacía un empleado al momento de estar en home office. ¿Realmente estaba trabajando o se ocupaba de cosas personales? Al movernos abruptamente todos a trabajar desde casa, algunos líderes se aferraron a un falso sentido de control, incluso exigiendo que sus equipos estuvieran conectados en videollamada todo el día o marcando al celular si un whatsapp no se respondía en cinco minutos.  Esto generó un estrés innecesario e incluso resentimiento en los equipos. Fue en ese momento que se impuso el trabajar por metas y con fechas límite claras.

Yendo más allá de la capacidad de medir resultados, de los que nos hablan los resultados de nuestra encuesta fue que los líderes se deben convertir en coaches y en mentores.  En verdad, los jefes sí deben asumir la responsabilidad del crecimiento profesional de sus equipos, aún cuando esto signifique a veces que perderán a un elemento eventualmente, ya sea por movimientos dentro de la empresa o inclusive por oportunidades profesionales fuera de la misma. Deben, así mismo, permitir que sus equipos se auto-gestionen. Este último punto será cada vez más importante, conforme la generación Z se integre a la planta laboral.  Nos podemos despedir de los jefes que daban órdenes e indicaciones sumamente precisas. Ahora, para tener equipos satisfechos, debe haber cierto grado de autonomía. 

Podemos concluir que uno de las consecuencias positivas de la pandemia fue la aceleración de la transformación de liderazgo hacia uno más humano, más abierto y menos impositivo. Nuestro estudio Liderazgo 2021 incluye otros hallazgos interesantes. Los invitamos a descargarlo en esta liga.

UBITS es una plataforma de entrenamiento corporativo, cuyo principal objetivo es generar una experiencia única de capacitación online especializada para empresas. Por medio de microlearning, desarrolla contenido relevante que fortalece las habilidades de los empleados de cientos de empresas en Latinoamérica. En la actualidad cuenta con operaciones en más de 10 países de la región y su catálogo de contenido, 100% en español, supera los 500 cursos. Para más información, visite www.ubits.mx

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