Byung-Chul Han: Retrato
Por: Norel
Según cuenta, aún siendo un romántico nacido en Seúl, nunca pudo dedicarse a la literatura porque leía muy lento, pero menciona: “Me pasé a la filosofía. Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”.
En una entrevista reciente, el filósofo surcoreano nos habla de cómo nos ve en la actualidad: como una sociedad en supervivencia. Sin merodeos Byung-Chul nos dice que al vivir en un estado de alerta constante la democracia ya no existe. Hemos tenido que dejar el lujo y excesos por encontrarnos en épocas de incertidumbre.
Dentro de su discursiva brotan ideas que retratan su agudeza:
1.- Mientras uno se encuentra aún en estado de shock, se produce una neoliberalización más dura de la sociedad caracterizada por la flexibilización laboral, la competencia descarnada, la desregularización, los despidos. Todo queda sometido al criterio de una supuesta eficiencia, al rendimiento. Y, al final, estamos todos agotados y deprimidos. Ahora la sociedad del cansancio de Corea del Sur se encuentra en un estadio final mortal. En realidad, el conjunto de la vida social se convierte en mercancía, en espectáculo. La existencia de cualquier cosa depende de que sea previamente “expuesta”, de “su valor de exposición” en el mercado. Y con ello «la sociedad expuesta se convierte también en pornográfica. La exposición hasta el exceso lo convierte a todo en mercancía. Lo invisible no existe, de modo que todo es entregado desnudo, sin secreto, para ser devorado de inmediato, como decía Baudrillard». Y lo más grave: «La pornografía aniquila al eros y al propio sexo». La transparencia exigida a todo es enemiga directa del placer que exige un cierto ocultamiento, al menos un tenue velo. La mercantilización es un proceso inherente al capitalismo que solo conoce un uso de la sexualidad: su valor de exposición como mercancía.[1]
2.- La forma de curar esa depresión es dejar atrás el narcisismo. Mirar al otro, darse cuenta de su dimensión, de su presencia. Porque frente al enemigo exterior se pueden buscar anticuerpos, pero no cabe el uso de anticuerpos contra nosotros mismos. Para precisar lo que sugiere, recurre a Jean Baudrillard: el enemigo exterior adoptó primero la forma de lobo, luego fue una rata, se convirtió más tarde en un escarabajo y acabó siendo un virus. Hoy, sin embargo, «la violencia, que es inmanente al sistema neoliberal, ya no destruye desde fuera del propio individuo. Lo hace desde dentro y provoca depresión o cáncer». La interiorización del mal es consecuencia del sistema neoliberal que ha logrado algo muy importante: ya no necesita ejercer la represión porque esta ha sido interiorizada. El hombre moderno es él mismo su propio explotador, lanzado solo a la búsqueda del éxito. Siendo así, ¿cómo hacer frente a los nuevos males?; “La decisión de superar el sistema que nos induce a la depresión no es cosa que solo afecte al individuo. El individuo no es libre para decidir si quiere o no dejar de estar deprimido. El sistema neoliberal obliga al hombre a actuar como si fuera un empresario, un competidor del otro, al que solo le une la relación de competencia”.[2]
3.- Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen neoliberal. (…) En el régimen neoliberal de la autoexplotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo.[3]
4.- En relación con este tema, en su artículo “¿Por qué hoy no es posible la revolución?”, escribió: No es posible explicar el neoliberalismo de un modo marxista. En el neoliberalismo no tiene lugar ni siquiera la “enajenación” respecto del trabajo. Hoy nos volcamos con euforia en el trabajo hasta el síndrome de Burnout [fatiga crónica, ineficacia]. El primer nivel del síndrome es la euforia. Síndrome de Burnout y revolución se excluyen mutuamente. Así, es un error pensar que la multitud derroca al empire parasitario e instaura la sociedad comunista. […] ¿Y qué pasa hoy con el comunismo? Constantemente se evocan el sharing (compartir) y la comunidad. La economía del sharing ha de suceder a la economía de la propiedad y la posesión. Sharing is caring, (compartir es cuidar), dice la máxima de la empresa Circle en la nueva novela de Dave Eggers, The Circle. […] También en la economía basada en la colaboración predomina la dura lógica del capitalismo. De forma paradójica, en este bello “compartir” nadie da nada voluntariamente. El capitalismo llega a su plenitud en el momento en que el comunismo se vende como mercancía. El comunismo como mercancía: esto es el fin de la revolución.[4]
5.- En la obra “El aroma del tiempo: Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse” Byung reflexiona sobre la crisis temporal contemporánea. Plantea la atomización del tiempo como la problemática posmoderna, ya no nos enfrentamos a la aceleración del tiempo, sino a la fragmentación del mismo, a la que el autor nombra disincronía: cada momento es idéntico, monótono; no existe sentido y/o significado. El tiempo huye debido a que nada concluye, todo es efímero y fugaz. Ni siquiera la muerte concluye, simplemente se concibe como un instante más. Así, invalida la visión de Nietzsche y Heidegger de la muerte como consumación de una unidad con sentido. Sin embargo, también propone que la posibilidad de recuperación de esta disincronía da lugar a la posibilidad de una vida carente de teología y teleología, que aun así mantiene su propio «aroma». La crisis sobre el tiempo en la posmodernidad no tiene porqué traer consigo un vacío temporal, pero para ello se necesita un cambio, es decir que la vita activa acoja nuevamente a la vida contemplativa.[5]
[1] Arroyo, Francesc (22 de marzo de 2014). «Aviso de derrumbe». diario El País. Consultado el 13 de mayo de 2014.
[2] Arroyo, Francesc (22 de marzo de 2014). «Aviso de derrumbe». diario El País. Consultado el 15 de mayo de 2014.
[3] Byung-Chul, Han (2014). «Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder». Herder. Consultado el 26 de febrero de 2018.
[4] Han, Byung-Chul (3 de octubre de 2014). «¿Por qué hoy no es posible la revolución?». El País. Consultado el 4 de octubre de 2014.
[5] Han, Byung-Chul (2015). El aroma del tiempo. Herder. ISBN 978-84-254-3392-4.
Byung, en el 2010 se convirtió en miembro de la facultad Staatliche Hochschule für Gestaltung Karlsruhe, donde sus áreas de interés fueron la filosofía de los siglos XVIII, XIX y XX, la ética, la filosofía social, la fenomenología, la antropología cultural, la estética, la religión, la teoría de los medios, y la filosofía intercultural. Desde 2012, es profesor de estudios de filosofía y estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín (UdK), donde dirige el Studium Generale, o programa de estudios generales, de reciente creación.
Finalmente, en la revista centroamericana en Honduras retratan de la siguiente forma a nuestro personaje en cuanto a sus últimas predicciones postpandemia:[1]
“Byung Chul-Han
Hacia el 22 de marzo en el artículo periodístico del diario El País titulado “La emergencia viral y el mundo de mañana,” que forma parte del compilado Sopa de Wuhan (Amadeo, 2020), hace referencia al manejo de la crisis por parte de Asia y Europa. En ese sentido, él destaca la disciplina de los asiáticos en manejar el problema. El soberano empoderado a través de su capacidad de decisión es quien decide cerrar las fronteras, llevar a cabo el estado de excepción y la cooperación, entre otras acciones. Asimismo, destacó que la ventaja de Asia sobre Europa en lo que respecta a la crisis radica en que los estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una mentalidad autoritaria, que viene de su tradición cultural (confucianismo). En ese contexto, las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa (Han, 2020). En relación a lo anterior, cabe retomar lo señalado en la obra del mismo autor, “La sociedad del cansancio”, en la que hace una diferenciación entre la sociedad del rendimiento caracterizada por el verbo modal positivo, poder sin límites. Esto es expresado en los comportamientos sociales de occidente, de forma diferente de la sociedad disciplinaria, en la que se rige el “no” (Han B.-C., 2015). El “no” en tanto restricción supone un deber hacer, consecutivo de acciones organizadas, sistemáticas y con sentido de responsabilidad, evidente en la sociedad oriental. Aunque cabe decir que el positivismo occidental ha permeado a todas las sociedades de diversa manera.
Por otro lado, siempre en relación a la pandemia, es preciso mencionar que, según Han la vigilancia digital es un factor que contribuyó y sigue contribuyendo al manejo de la crisis en Asia. Para el caso en China, es posible la vigilancia social porque se produce un irrestricto intercambio de datos entre los proveedores de internet, de telefonía móvil y las autoridades, aseverando que existen 200 millones de cámaras de vigilancia. Muchas de estas provistas, cuentan con una técnica muy eficiente de reconocimiento facial (Han B.-C., 2020). En ese sentido, sobreviene la cruda imagen de lo que Orwell (2017) definió como vigilancia colectiva, que funciona bajo una infraestructura digital que ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la epidemia. Han, en su obra Psicopolítica, también lo describe como un big data para la vigilancia del comportamiento humano (Han B.-C., 2015).
Lo anterior demuestra que en Asia impera una especie de colectivismo. No hay un individualismo acentuado, como en el caso de occidente. A partir de ello, se detonó un éxodo masivo de asiáticos en Europa. Los asiáticos quieren regresar a sus países porque ahí se sienten más seguros (Han B.-C., 2020), aunque la vigilancia digital vulnere la privacidad e individualidad. En este escenario de crisis supuso una medida eficiente. De lo anterior, puede inferirse que esa vulneración y exposición total del sujeto, podría servir de modelo en un futuro no distante, para el control de la colectividad. De hecho, en la actualidad, el patrón de búsqueda en la web aporta pistas del interés de los consumidores incurriendo en una sobreoferta frente a un mar de interrogantes y necesidades manifestadas por los sujetos”.Así, le damos un panorama de uno de los pensadores actuales más influyentes para obtener una mejor visión de nuestra actualidad.
[1] Reyes, Luis Gerardo; Casco, Alex Rigoberto. Contrastes: Byun-Chul Han y Slavoj Zizek y los escenarios de la postpandemia, 2020. Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC), Tegucigalpa, Honduras; Facultad de Ciencias Administrativas, Universidad Católica de Honduras (UNICAH), Tegucigalpa, Honduras.