Resumen Ejecutivo del artículo del Dr. Jorge Navarro Lucio
En la era digital, la competencia global ha tomado una nueva forma: la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China. Más allá de la economía y la fuerza militar tradicional, estas dos potencias están en una batalla por definir quién liderará el futuro tecnológico del planeta.
El artículo “Diplomacia Digital y Conflicto Estratégico: Estados Unidos y China en el Nuevo Orden Tecnológico” del Dr. Jorge Navarro Lucio, publicado en Portes, explora cómo esta pugna se extiende a dominios críticos como la inteligencia artificial, la computación cuántica, la infraestructura digital y la gobernanza de datos. La competencia no es sólo bilateral, sino que está fragmentando el orden digital global, generando nuevas dependencias y riesgos para países terceros, especialmente en regiones como América Latina.
China, a través de su iniciativa conocida como la Ruta de la Seda Digital, ha invertido miles de millones en infraestructura tecnológica en más de 40 países, exportando no solo tecnología sino también estándares y modelos de gobernanza digital basados en la soberanía estatal y el control de datos. Por su parte, Estados Unidos responde con estrategias como la Red Limpia y el Blue Dot Network, buscando limitar la influencia china y promover un internet abierto, aunque enfrenta desafíos internos como la escasez de talento tecnológico y la falta de inversión adecuada.

Este choque de modelos también afecta la gobernanza global de datos. Mientras Estados Unidos apuesta por un enfoque basado en el mercado y la cooperación transatlántica, China impone estrictas leyes de localización y protección de datos, impulsando un concepto de soberanía digital que se extiende hacia países en desarrollo, quienes deben navegar entre estas reglas divergentes.
La competencia tiene consecuencias estratégicas de largo alcance: la fragmentación tecnológica podría crear dos esferas digitales incompatibles, dificultando la cooperación internacional y elevando los costos para la innovación y el comercio global. América Latina emerge como un escenario clave donde se visualizan estas tensiones, con inversiones chinas ganando terreno frente a una respuesta estadounidense menos articulada.
El análisis de Navarro Lucio enfatiza que sólo a través de un renovado compromiso multilateral y políticas que fomenten la innovación compartida se podrá construir un ecosistema tecnológico global resiliente e inclusivo. La diplomacia digital se convierte así en una herramienta fundamental para equilibrar la competencia con la cooperación, evitando un mundo digital dividido y volátil.
Este artículo es lectura obligada para entender cómo la tecnología define el poder hoy y cómo las decisiones que se tomen impactarán el desarrollo y la seguridad global en las próximas décadas.
Lee el artículo completo en Portes y conoce en profundidad los desafíos y oportunidades de esta nueva era de la diplomacia digital.
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