Trabajemos en nuestra salud mental y heridas psicológicas para rendir laboralmente

No solo es trabajar físicamente, también psicológicamente: vivir balanceadamente entre nuestra vida personal y laboral

Por: Revista Potencial Humano

La pandemia que vivimos hace algún tiempo, fue incluso catalogada por algunos expertos como una guerra biológica en contra del virus que nos mantuvo aislados, y que, a su vez, marcó y dictó un cambio radical en nuestra realidad.

A partir de ese evento, los gobiernos tomaron distintas medidas, específicamente tocaremos los que implican rubros como salud pública (hablamos de crisis sanitaria), y dentro de todas ellas, identificaron que era indispensable llevar a la mesa un tema fundamental: la salud mental.

Hoy, a la distancia, podemos decir que somos sobrevivientes, logramos continuar en esta vida, pero eso quiere decir también, que estaremos siendo puestos a prueba una vez más, e incluso, puede ser que más de una vez. Dejamos atrás el confinamiento que nos marcó de manera tal que, al salir nos encontramos con una realidad totalmente diferente a la que conocíamos (nos pareció que fueron años). Vimos al mundo transformarse, muchos presenciamos la muerte de seres queridos… y así como estos dos anteriores tópicos, hubo muchos más, los cuales nos dejaron huellas psicológicas que sin saberlo o notarlo inmediatamente, alteraron nuestra salud mental. Aquella prueba que superamos no hizo distinción, fue para toda la población en general sin excepción, incluidos los profesionales de la salud, quienes se encargaron de ayudar a mantener el orden.

Puede parecer extraño, pero hoy, mucha gente sigue “de cabeza”, porque nuestra vida personal, social y laboral fueron trastocadas de manera importante. Parece que cuando pensamos y hablamos sobre nuestra normalidad, queremos que nuestro cerebro piense firmemente que todo sigue igual como alguna vez lo fue y nada cambió, pero no es así. Cada vez, estamos más acostumbrados a esta realidad que hoy es nuestra, pero que seguirá muy distante de lo que un día vivimos. Nuestro contexto personal y social cambió profundamente, así que, es menester procurar seguir realizando cosas diferentes a las que anteriormente estábamos acostumbrados, y una de ellas, es continuar atendiendo todos aquellos retos psicológicos que tenemos delante nuestro.

Consultamos a una especialista (Pedagoga y Terapeuta Familiar) para preguntarle sobre qué vías debemos trabajar para contrarrestar y darle una salida benéfica a todos aquellos trastornos psicológicos que tenemos, para que nos permitan ser personas funcionales tanto personal como profesionalmente. Hicimos un resumen y acotamos las principales recomendaciones que obtuvimos. Esperamos que sean de utilidad.

El primer punto, es darse cuenta de que no estamos solos, entender que, si padecemos trastornos, no estamos en una “guerra” en la que tengamos que pelear individualmente. Existen tantos trastornos psicológicos como millones de personas que los padecen. Sentir inseguridad, angustia o estrés, es normal. “Hay que recordar que no estás solo, hay mucha gente con los mismos problemas cerca de ti”, así que, pide ayuda y habla. La suma del esfuerzo de todos nos hace más fuertes. Hablamos desde el duelo por la pérdida de un ser querido, una mudanza, una relación terminada o un malestar físico, hasta la pérdida del empleo. Estos hechos complican aún más trabajar con nuestra mente.

Como segundo punto, nos recomienda no saturar nuestro cerebro con información irrelevante. Esto es, ser concretos y dar una respuesta frontal día a día. Debemos evitar demasiados contenidos (noticias, informes), ya que, el exceso provoca que nuestro cerebro imagine un sinfín de escenarios fatalistas. También, por supuesto, aquí hablamos de las redes sociales, las cuales, tenemos que controlar porque desestabilizan nuestra tranquilidad y paz mental. La suma de todos estos componentes no nos permitirá desenvolvernos de buena manera tanto en nuestra vida social como en la laboral. Esto restará angustia y estrés.

La siguiente recomendación es crear nuevas rutinas que te hagan sentir bien. Si ya volviste por completo a tu lugar de trabajo (o vas algunos días), intenta distraerte para nivelar tus emociones, intenta crear una nueva rutina que poco a poco te haga sentir seguro, ya que, al hacerlo, tomarás el control de la situación actual, y la angustia y ansiedad disminuirán. Y por supuesto, intenta dentro de lo posible, hacer activación física y comer saludablemente. Continúa con las actividades que hasta hoy te producen tranquilidad o satisfacción, pero plantea dentro de las nuevas posibilidades, visitar un terapeuta para que te ayude a canalizar todo aquello que vive dentro de tu cerebro.

Otra medida que nos menciona es practicar técnicas de meditación. “Es relativamente fácil, ya que debes centrarte únicamente en las cosas que puedes controlar, en las cosas que están a tu alcance, y que sabes que si las realizas, estarás seguro y alejado de la enfermedad”. La incertidumbre del futuro nos genera ansiedad a todos, pero en algunas personas, esta es exponencial. Así que, analicemos únicamente lo que podemos cuidar y resolver dentro de nuestro círculo de seguridad y en nuestro lugar de trabajo. Los pensamientos positivos generan energía positiva.

Por último y no menos importante: encontrar temas diversos para hablar en convivencia. Hay que procurar entablar una relación con la familia y amigos de platicas con temas alternos que nos alejen —o al menos nos hagan olvidar un poco— del contexto que nos lastima o en el que estamos viviendo. Si la ansiedad y la frustración interfieren en tu vida personal, laboral o social, es preferible consultar a un profesional en salud mental, ya sea un psicólogo o psiquiatra, dependiendo el caso. Un tratamiento correcto con seguridad ayudará a recuperarte y a canalizar las emociones que están atrapadas dentro de ti.

Los traumas que cada uno enfrentamos son una amenaza para nuestra integridad física y mental. Así que debemos atender a la brevedad cualquier cuadro de ansiedad o de estados depresivos que presentemos para evitar riesgos mayores, nuestra especialista nos mencionó: trastorno por estrés postraumático, trastorno de estrés agudo, trastornos adaptativos, trastorno depresivo mayor y trastorno de ansiedad.

Todos somos vulnerables. Hagamos uso de la resiliencia, esa capacidad tan mencionada últimamente para intentar convertir nuestros traumas en desafíos, para salir fortalecidos, y superar una vez más cualquier desafío.